Declaración del presidente Biden sobre la acción histórica para reducir los costos de los medicamentos recetados

Durante demasiado tiempo, los estadounidenses han pagado más por medicamentos recetados que cualquier economía importante. Y mientras la industria farmacéutica obtiene ganancias récord, millones de estadounidenses se ven obligados a elegir entre pagar los medicamentos que necesitan para vivir o pagar la comida, el alquiler y otras necesidades básicas. Esos días están terminando. Hoy, mi Administración anunció los primeros 10 medicamentos de la Parte D de Medicare que han sido seleccionados para negociación de precios, por primera vez. Se encuentran entre los medicamentos recetados más comunes y costosos que tratan todo, desde insuficiencia cardíaca, coágulos de sangre, diabetes, artritis, enfermedad de Crohn y más. Esto se suma al progreso que logramos al reducir el costo de la insulina a $35 por mes para las personas mayores con Medicare. Hemos alcanzado este hito gracias a la Ley de Reducción de la Inflación, una de las leyes más importantes jamás promulgadas y que se aprobó con el liderazgo de los demócratas en el Congreso. Nos enfrentamos a las grandes farmacéuticas y a los intereses especiales, superando la oposición de todos los republicanos en el Congreso, y el pueblo estadounidense ganó. Cuando se implemente, los precios de los medicamentos negociados disminuirán para hasta 9 millones de personas mayores. Estas personas mayores actualmente pagan hasta $6,497 en costos de bolsillo por año por estas recetas. Además, la Oficina de Presupuesto del Congreso, que no es partidista, informa que esto ahorrará a los contribuyentes $160 mil millones al reducir cuánto paga Medicare por los medicamentos a través de negociaciones y reembolsos por inflación. Este plan es una parte clave de Bidenomics, mi visión económica para hacer crecer la economía desde el centro hacia afuera. y de abajo hacia arriba, no de arriba hacia abajo. Y está funcionando. Es por eso que las grandes farmacéuticas ya han presentado ocho demandas contra mi administración y gastaron casi 400 millones de dólares el año pasado para tratar de detener nuestro progreso. Permítanme ser claro: no voy a dar marcha atrás. No hay ninguna razón por la que los estadounidenses deban verse obligados a pagar más que cualquier nación desarrollada por recetas que salvan vidas sólo para llenar los bolsillos de las grandes farmacéuticas. Para muchos estadounidenses, el costo de un medicamento es la diferencia entre la vida y la muerte, la dignidad y la dependencia, la esperanza y el miedo. Es por eso que continuaremos la lucha para reducir los costos de atención médica y no pararemos hasta terminar el trabajo.

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